¿Que es el Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad?

El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad es un trastorno neuroconductual caracterizado por dificultades conductuales y cognitivas como la falta de atención, la hiperactividad y la impulsividad. Estos síntomas se pueden manifestar con intensidad variable, juntos o de manera independiente.

¿A qué edad se puede detectar?

Los manuales diagnósticos de referencia fijan como edad mínima entre los 6 y 7 años de edad para diagnosticar el TDAH.

¿Cuál es su origen?

Se considera que el TDAH es un trastorno complejo que se explica por varios factores, entre ellos genéticos y ambientales.

Numerosos estudios demuestran que los factores psicosociales, como un entorno desestructurado, falta de normas de comportamiento, etc., influyen de manera directa en la gravedad del trastorno, pero no son causa directa de este.

¿Cuáles son los síntomas que caracterizan el TDAH?

Déficit de atención

• Presentan dificultades para mantener la atención en una tarea durante un periodo largo de tiempo, por lo que frecuentemente no finalizan la tarea que empiezan.
• Falta de atención a los detalles.
• Dificultades para escuchar y seguir instrucciones, así como para realizar tareas que requieran de un esfuerzo mental sostenido.
• Desorganización y falta de planificación de las tareas académicas y de la vida diaria.
• Etc.

Hiperactividad

• Continuos movimientos en situaciones que no resultan adecuadas.
• Dificultad para permanecer sentado o quieto durante un período largo de tiempo o cuando es necesario.
• Habitualmente cambian de una actividad a otra sin conseguir finalizar ninguna; falta de constancia.
• Etc.

Impulsividad

• Impaciencia
• Dificultades para esperar el turno.
• Interrupciones frecuentes y dificultad para permanecer en silencio.
• Etc.

¿Que dificultades conlleva?

El TDAH causa en el alumnado diversos problemas asociados a las áreas de desarrollo. A nivel psicoemocional, suelen presentar una baja autoestima, inseguridad y frecuentes cambios en el estado de ánimo, lo cual provoca la dependencia excesiva de un adulto.

A nivel escolar, presentan escasa motivación y baja capacidad para sostener la atención, además de un ritmo lento de trabajo, lo cual suele provocar dificultades de aprendizaje.

A nivel social, con frecuencia presentan dificultades para relacionarse y mantener amistades.

¿Como se enfoca la intervención desde el Centro?

A pesar de que la atención al alumnado es siempre individualizada y adaptada a las características y necesidades de cada uno de ellos, podemos señalar las siguientes líneas generales de intervención:

Estrategias atencionales

• Proporcionar instrucciones claras, breves y sencillas; manteniendo contacto ocular y acompañándolas de gestos.
• Presentar las nuevas actividades captando su atención y repitiendo las instrucciones de la misma varias veces.
• Anticipar las actividades
• Etc.

Estrategias motivacionales

• Proporcionar oportunidades ante la aparición de errores, ya que de estos pueden aprender y mejorar.
• Reconocer públicamente los comportamientos y actitudes correctas.
• Empleo de refuerzo positivo.
• Etc.

Estrategias organizativas

• Proporcionar un entorno con el menor número de distractores y fácil de ordenar.
• Dotar al alumnado de estrategias para organizar su tiempo y material, empleando recursos visuales como horarios esquematizados, recordatorios a través de imágenes o etiquetas.
• Utilizar esquemas para organizar nuevos contenidos escolares.
• Etc.

Estrategias para el control condutual

• Definir claramente los comportamientos correctos y los inadecuados.
• Proporcionar normas claras y escuetas que el alumno/a pueda visualizar y consultar en todo momento.
• Crear rutinas y anunciar los cambios que se producirán.
• Resaltar los éxitos y logros.
• Etc.

En la realización de las pruebas de evaluación

• Situar al alumno/a lejos de elementos de distracción y junto al docente.
• Acercarse al alumno/a y comprobar que comprende las cuestiones planteadas.
• Permitir que pregunten dudas.
• Las instrucciones escritas deben ser claras, sencillas y directas.
• Resaltar palabras o instrucciones clave que permitan al alumno/a recuperar la información relevante.
• Si es preciso, permitir tiempo extra en la realización de las pruebas.
• Etc.