Diversidad funcional

¿Qué se entiende por diversidad funcional?

A lo largo de la historia se han sucedido varias formas de abordar la diversidad. Desde algunos enfoques como el médico-rehabilitador, se consideraba la diversidad como una anomalía, lo cual tenía consecuencias muy negativas en cuanto al desarrollo integral de este colectivo ya que las situaba por debajo de unos niveles educativos considerados “normales”. De esta visión paternalista, se deriva la marginación de las personas con diversidad funcional y la atención se limita a paliar los problemas que se encontraban dichas personas, creando así una mayor dependencia y mermando su autonomía para solucionarlos por sí mismos.

El término “normal” es polémico en cuanto al tema que nos atañe, ya que dependiendo del significado que le demos, entenderemos la diversidad de una forma positiva o negativa. Si entendemos la normalidad como aquello que se encuentra en la mayoría de las personas, entonces estamos excluyendo lo diverso, lo cual nos lleva a un concepto negativo de la diversidad. Por lo tanto, reivindicamos el concepto positivo de diversidad, que nos lleva a entenderla como una fuente de riqueza humana, presente en cualquier persona y que no se define en base a lo que se considera “normal”.

Afortunadamente, hoy en día, aunque los modelos paternalistas persisten, podemos hablar de un modelo diferente al médico y que va más allá del modelo social, en el cual basamos nuestro trabajo. Apostamos por el término “diversidad funcional”, acuñado por el Foro de Vida Independiente en el año 2005, sustituto de otros términos peyorativos como por ejemplo minusvalía, discapacidad, etc. Este foro define este término como “la diferencia de funcionamiento de una persona al realizar las tareas habituales (desplazarse, leer, agarrar, ir al baño, comunicarse, relacionarse, etc.) de manera diferente a la mayoría de la población.”

Es importante destacar que es la primera vez que se da una definición positiva, resaltando las diferentes capacidades o formas de funcionar y no las deficiencias, limitaciones o restricciones evitando así, un uso discriminatorio del lenguaje a la hora de referirnos a este colectivo. En definitiva, todos podemos presentar alguna discapacidad a lo largo de nuestra vida, y no por ello deberíamos sufrir discriminación.

Clasificación de la Diversidad Funcional

Siguiendo la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF), podemos resumir en cuatro grandes grupos los tipos de diversidad funcional:

Intelectual: Siguiendo el DSM-V, en lo referente al nivel académico, incluye dificultades en la memoria, el lenguaje, la lectura, la escritura, el razonamiento matemático, entre otras.

  • A nivel social se pueden presentar dificultades en las habilidades sociales, la comunicación interpersonal, etc.
  • A nivel práctico, suelen observarse dificultades en el cuidado personal, la organización de tareas escolares, la responsabilidad, el manejo del dinero, el autocontrol de sus conductas, etc.

Es importante señalar que, aún así, dichas dificultades coexisten con capacidades, por lo tanto es importante analizar cada caso en particular. Dichas dificultades pueden ser mayores o menores dependiendo de si el entorno que rodea a la persona facilita o pone barreras. Un entorno facilitador es clave para el desarrollo intelectual de la persona.

Física: Está relacionada con el cuerpo y provoca dificultades motrices que impiden un desplazamiento correcto. En general, existe una incapacidad para usar eficazmente las piernas, brazos o tronco. Las causas pueden ser diversas (parálisis, rigidez, etc.)

Sensorial: Las más habituales son las que afectan a la vista y al oído.

  • La ceguera se caracteriza porque las personas que la presentan tienen total o parcialmente dañado el sistema visual.
  • La sordera se refiere a la incapacidad para escuchar con normalidad debido a un mal funcionamiento en el órgano auditivo. Según el nivel de afectación podemos hablar de sordera (no permite la adaptación mediante el lenguaje oral) o hipoacusia (sí permite la adaptación mediante lenguaje oral).

¿Cómo se enfoca la intervención desde el Centro?

Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente en el primer apartado, desde el Hogar de Santa Margarita, se considera prioritario dotar al alumnado diverso de las herramientas necesarias para que pueda desarrollarse en todos los ámbitos (educación, comunicación, acceso a la información, etc.) con el fin de que sea capaz de alcanzar la autonomía personal y social necesaria para controlar su propia vida sin depender de los demás.

Siguiendo el Decreto 229/2011 del 7 de diciembre por el que se regula la atención a la diversidad del alumnado en los centros docentes de la comunidad autónoma de Galicia, nuestro objetivo principal es “que todas las personas consigan el máximo desarrollo personal y social posible, que se les facilite una educación adaptada a sus singularidades, que se les garantice una igualdad efectiva de oportunidades y que se les ofrezcan los recursos necesarios que precisen”. Con el fin de conseguir dicho objetivo, consideramos los apoyos un aspecto clave en la atención de este colectivo.

Nuestro enfoque se basa en la atención integral de cada alumno/a mediante metodologías colaborativas y tutorías entre iguales, así como el apoyo y refuerzo educativo.  Además se tienen en cuenta tres ámbitos prioritarios, el personal, el familiar y el social, facilitando que nuestro alumnado fortalezca su autonomía.

A pesar de que la atención al alumnado es siempre individualizada y adaptada a las características y necesidades de cada uno de ellos, podemos señalar las siguientes líneas generales de intervención:

En el ámbito de las competencias académicas nos centramos en los siguientes aspectos:

  • Lectura y escritura comprensivas, con la finalidad de desarrollar una conciencia crítica para entender el mundo que nos rodea.
  • Razonamiento lógico-matemático (conceptos de dinero, tiempo, magnitudes,...)
  • Etc.

En el ámbito social incidimos en estos puntos:

  • Las relaciones interpersonales.
  • La autoestima.
  • La responsabilidad.
  • El seguimiento de las normas.
  • Etc.

En cuanto al ámbito de actividades instrumentales de la vida diaria, nos focalizamos en estas áreas:

  • La movilidad urbana.
  • Manejo y uso responsable de las Nuevas Tecnologías (ordenador, móvil...)
  • Uso del dinero.
  • Planificación y gestión del tiempo de ocio y de estudio. 
  • Etc.